Jorge Gómez Barata 
Comparado con las conspiraciones para derrocar a Jacobo Árbenz, Mohamed Mossadeg, Patricio Lumumba y Salvador Allende, la invasión por bahía de Cochinos, los intentos de asesinar a Fidel Castro y otras, acciones repudiadas incluso por el Congreso y varios presidentes norteamericanos, las faltas éticas cometidas por el ex general David Petraeus son frívolas anécdotas.
La CIA cumple sus más repudiables tareas mediante “Actividades Especiales” y “Operaciones Encubiertas” que en Cuba, Centroamérica y Nicaragua y otros, han sido guerras privadas sostenidas al margen del Congreso y de las leyes norteamericanas.
Entre las operaciones encubiertas de la CIA figuran las “acciones ejecutivas” para la eliminación física de líderes inconvenientes para Estados Unidos. En caso necesario la CIA recluta elementos locales, mercenarios incluso integrantes de las mafias internacionales y del crimen organizado. Tan escandalosas fueron esas conspiraciones que  en 1975 el Congreso formó comisiones para investigarlas probándose que incluso la CIA se involucró en actividades al interior de los Estados Unidos y que algunos de sus funcionarios mintieron bajo juramento.
En ese contexto se formó el Comité presidido por el Senador Frank Church que a lo largo de 1975 y 1976 publicó 14 informes sobre actividades de la CIA que violaban la ley, especialmente respecto al asesinato de líderes extranjeros. Aquellas investigaciones dieron lugar a que el presidente Gerald Ford dictara la Orden Ejecutiva 11905 proscribiendo tales acciones.
La caída de la Unión Soviética y el fin del socialismo limitaron el papel y la actividad de la CIA. No obstante la actividad contra Saddam Hussein le ofreció nuevas opciones, pero se desacreditó aun más al proporcionar informaciones inexactas acerca del programa nuclear y la existencia de armas de exterminio en masa en poder de Irak.
El 11/S provocó el cuestionamiento de la eficiencia de la inteligencia de los Estados Unidos, no obstante dieron nuevas oportunidades a la CIA como parte de la guerra contra el terrorismo. En ese contexto, la agencia incurrió nuevamente en acciones ilegales relacionadas con el mantenimiento de cárceles secretas en varios países, el secuestro y traslado ilegal de personas y la práctica de la tortura.
En su labor la CIA ha violado la ley y faltado a la ética en los estados Unidos y en todo el mundo, mentido, conspirado y asesinado convirtiéndose en la institución más desacreditada del establishment norteamericano. La historia se encargará de juzgarla y seguramente no lo hará por amoríos de ocasión. Aquí presentamos a sus líderes.

Deja un comentario